Existe un lugar en Andalucía en el que la interpretación de nuestros pensamientos, de nuestros sueños e incluso la interpretación de otros mundos la tenemos al alcance de nuestras retinas y del sensor de nuestras cámaras.

Las pistas las encontramos en ese rojo marciano de sus aguas, único en nuestro planeta. También en los barros polícromos y abstractos de sus orillas, que inspiraron a todo un pionero como el reconocido y admirado fotógrafo Antonio Camoyán, del que podríamos atrever a afirmar que inventó a partir de los años 70 un género artístico con sus fotografías de este lugar: el “Camoyanismo”. Todo ello sin olvidar la tradición minera ancestral que provoca en el espectador una sensación de encontrarse en un mundo extraño, increíble en el hogar que nos acoge, el planeta Tierra.

Este paisaje onubense no es otro que el labrado por el río Tinto, un río escudriñado hasta por los científicos de la NASA que analizan su vida microbiana. Y Ojos de Doñana te ofrece la posibilidad de acercarte a él, de mostrarte sus trucos y sus secretos, para que el amante de la fotografía pueda enamorarse de un lugar que agudiza los sentidos y que graba para siempre en el corazón del fotógrafo el embrujo de sus colores.